Puerto Rico necesita bibliotecas como la Biblioteca Carnegie

La Biblioteca Carnegie en San Juan representó por muchísimos años un espacio de aprendizaje y lectura de un valor incalculable ya que constituyó un legado de cultura, servicios a la comunidad y espacio de creación.

La Biblioteca Carnegie evolucionó con el tiempo, de acuerdo a las necesidades de sus usuarios y a la inclemencias del tiempo como el Huracán Hugo. Al momento de cerrarla, la biblioteca contaba con una sala de referencia, una sala de circulación de libros, una sala de revistas, una sala de jóvenes, una sala de niños, una sala de tecnología con computadoras y películas y una sala de eventos culturales así como servicios de referencia virtual, noches de galerías entre otros. ¿Suena completo? Lo era. Un personal dedicado abría la biblioteca de lunes a domingo recibiendo miles de personas con diversas necesidades.

La Biblioteca Carnegie creaba un alto sentido de pertenencia y comunidad donde se llevaron a cabo eventos importantes tales como  alianzas con la Biblioteca Nacional de Santo Domingo y la figura de Juan Bosch,  un campamento para niños de escasos recursos con alimentos provistos por comedores escolares del Departamento de Educación y actividades culturales variadas.

La biblioteca auspició festivales de niños que recibía desde infantes con su bebeteca hasta la hora del cuento con actividades para los niños más grandes. La sala de jóvenes estaba preparada con libros y computadoras que recibía adolescentes tanto para sus tareas escolares como para la diversión y el ocio.

La Biblioteca Carnegie ofrecía clases de computadoras para personas de la tercera edad que deseaban aprender destrezas tales como manejar y dominar el ratón de la computadora hasta crear correos electrónicos y buscar información. Ah, y se nos queda mencionar lo más importante, la biblioteca recibía con los brazos abiertos a las personas sin hogar e indigentes, ofreciéndoles un espacio de aceptación para la lectura, uso de computadoras y paz.

La historia de la biblioteca es única. El edificio que alberga la biblioteca Carnegie fue diseñado y construido por Ramón Carbia, en 1915. Según menciona la Ley núm 149 de 1999

Mediante la Ley de 12 de marzo de 1903, según enmendada por la Ley de 14 de marzo de 1907, fue autorizado el cambio de la Biblioteca Pública de San Juan a Biblioteca Insular de Puerto Rico.         Posteriormente, en virtud de la Sección 1 de la Ley Núm. 20 de 22 de noviembre de 1917 fue dispuesto que la Biblioteca Insular de Puerto Rico, existente en la ciudad de San Juan en el edificio donado por el señor Andrés Carnegie, sito en Puerta de Tierra y sostenida por el Pueblo de Puerto Rico, con los libros, mapas, documentos y demás enseres que en dicha Biblioteca se encuentren pertenecientes al Pueblo de Puerto Rico, constituyera y se denominara en adelante Biblioteca Carnegie de Puerto Rico.

La Ley Núm. 20 de 22 de noviembre de 1917,  transfirió la administración de la Biblioteca Carnegie al Departamento de Educación. Es decir, que desde el 1917 hasta el 2010, la Biblioteca Carnegie estuvo bajo la supervisión y directrices de dicha agencia.

La Ley Núm. 47 de 19 de agosto de 1992, facultó al Departamento de Educación a integrar a la comunidad en los asuntos educativos y sub delegó la administración de la Biblioteca Carnegie en San Juan a un organismo público o privado sin fines de lucro.

El Secretario de Educación, por lo tanto, subdelega la administración de la Biblioteca Carnegie a una Junta registrada en el Departamento de Estado:  Junta de Síndicos de la Biblioteca Carnegie (JUSBICA).  Esta acción hace que  se cree el “Reglamento de la Junta de Síndicos para la Administración de la Biblioteca Carnegie”. Reglamento que fue enmendado según las necesidades a través de los años.

El año 2010 trajo para la Biblioteca Carnegie cambios que se convirtieron en su némesis. El  Municipio de la Ciudad Capital San Juan Bautista crea la:

Ordenanza núm. 21 serie 2010-2011 (p. de o. núm. 21, serie 2010-2011) aprobada: 3 de noviembre de 2010

Ordenanza para autorizar al municipio de San Juan, por medio de su alcalde o el funcionario en quien éste delegue, a aceptar mediante transferencia, la titularidad de la Biblioteca Carnegie; facultar al alcalde del municipio de San Juan, hon. Jorge A. Santini Padilla, o al funcionario en quien éste delegue, a firmar aquellos documentos necesarios para la transferencia de la titularidad de la referida parcela, así como aquellos necesarios para que la misma sea inscrita a favor del municipio de San Juan; y para otros fines.

Por la razones que sean, esto provocó el total desinterés del municipio a conservarla hasta el sol de hoy. San Juan no tiene Biblioteca Pública. Se han llevado a cabo esfuerzos de la comunidad para reabrirla sin ningún éxito.

Nuestra Biblioteca Carnegie es un legado que tuvo a como director a Don Adolfo de Hostos y Ayala hijo del prócer, escritor, ensayista, humanista y antiimperialista puertorriqueño Don Eugenio María de Hostos. Don Adolfo contrata a Juan Bosch para la recopilación de las Obras Completas y manuscritos  de su padre en 1939 (Opatrný, J. , 2017).

El 14 de agosto de 2014, 80grados publicó un escrito de Nilita Vientós Gastón titulado La Biblioteca Carnegie donde declara:

La biblioteca es uno de los instrumentos imprescindibles para formar un pueblo. No disfruta de verdadera democracia la sociedad en que no se facilita a sus ciudadanos el acceso al libro, porque no puede existir la democracia sin saber y sin información.

La biblioteca representa una ventana al mundo para la comunidad. El lugar donde puede reunirse a buscar, analizar, integrar y comunicar sus intereses. La biblioteca es cultura con libros en cualquiera de sus formatos ya sea impreso o digital, en los videos, en la búsqueda de información mediante el uso de las tecnologías y en ser un contribuidor valioso para la salud mental de nuestro pueblo. Puerto Rico necesita bibliotecas. San Juan no tiene biblioteca pública. 

La Biblioteca Carnegie cerró sus puerta y no las ha vuelto a abrir. Sus recursos se deterioraron por falta de cuidados adecuados y su edifico se deteriora lentamente.  El gobierno, de cualquier color a través de estos últimos años, ha demostrado poco interés en la Biblioteca Carnegie, de hecho ha demostrado total indiferencia en  las bibliotecas a nivel general. En el 2014 la Comisión de Educación, para el Fomento de las Artes y la Cultura de la Camara de Representantes del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, recomendó que se aprobara con enmiendas el P. de la C. 880, de la autoría del Representante Torres Cruz para :

crear la “Ley de la Red de Bibliotecas Publicas Integradas y Digitalizadas del Estado Libre Asociado de Puerto Rico”; establecer su Comité; disponer respecto a su organización, poderes, deberes y funciones; establecer el Programa de Difusión; disponer sobre los informes anuales; y para otros fines.

Realmente no tenemos idea que finalmente ocurrió con esto pero podemos imaginar con mucha facilidad. Si usted recuerda la cantidad de adultos y jóvenes que iban a la fenecida Librería Borders a leer y pasar un buen rato, tiene que con toda posibilidad asociar porqué Puerto Rico necesita bibliotecas.

Referencias:

Opatrný, J. (Ed.). (2017). Vida y obra de Juan Bosch en el contexto de la historia de la República Dominicana (Vol. 46). Praga, República Checa: Charles University in Prague, Karolinum Press.

Vientós Gastón, Nilita. (14 de agosto de 2014). La Biblioteca Carnegie. 80grados.

 

About Rossana Isabel

Yo soy una bibliotecaria puertorriqueña comprometida con la educación de mi país

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